La primera edición de la Volta a Peu se celebró en 1924. Años antes, en 1907, se corrió la Valencia-Massamagrell- Valencia, que podemos considerar como la primera carrera a pie con carácter oficial: jueces, dorsales, trofeos, anuncios en prensa, resultados, y curiosamente y agradablemente un gran reportaje fotográfico en una revista editada en Cataluña, con foto en portada.
El Diario Mercantil Valenciano está en el origen de la Volta a Peu. La redacción de deportes de este periódico leyó muy bien los nuevos tiempos y apostó por una carrera en la que pudieran tomar parte el mayor número de personas. Entre 1924 y 1930 esta carrera concitó un entusiasmo enorme. Las personas que tomaron parte en aquellas ediciones han dejado por escrito y oralmente testimonios de una carga afectiva enorme. Aquellos atletas fueron los pioneros.
El galgo de Caudete
Acabada la Guerra Civil y con una represión brutal sobre todos aquellos deportistas que habían defendido los valores republicanos, la Volta a Peu pasó de ser una carrera con más de 500 participantes a menos de un centenar, y en algunas ediciones no más de una veintena de corredores. Se cambió el nombre y se denominó Vuelta Pedestre a Valencia para eliminar todo vestigio de palabra valenciana. El hambre, las enfermedades, el desinterés de los medios de comunicación, la falta de una política deportiva desde las instituciones valencianas y nacionales hicieron de esta carrera un triste recuerdo. En los años 40 y 50 el diario Levante se encargó de su celebración con muy escasos medios. De todos estos años hay que rescatar del olvido al ganador de la edición de 1950: Antonio Amorós, el galgo de Caudete. Un hombre que fue subcampeón de Europa Universitario y que brilló en los campeonatos de Europa de cross.
La primera Volta a Peu femenina
La llegada de miles de turistas en la década de los 60 favoreció varios aspectos de la práctica deportiva. Uno de ellos fue la incorporación de las niñas y las jóvenes al deporte, y en este caso al atletismo. En diciembre de 1965 se corrió la primera edición femenina, ganada por Josefa Benedito Escorihuela. Tomaron parte diez muchachas procedentes de los clubes Medina, Instituto San Vicente Ferrer, Bayren de Gandía y la Asociación Atlética Pentathlon.
La Sociedad Deportiva Correcaminos
En la década de los 70 sólo se disputó una edición, en 1979 con miles de personas corriendo y una organización que se vio desbordada. Era el principio del cambio. A partir de 1983 es la Sociedad Deportiva Correcaminos la encargada de mantener viva una carrera especial. Una carrera en la que han participado miles y miles de escolares. Una carrera iniciática. Una carrera que ha hecho muchísimo por que la actividad física forme parte de los hábitos de miles de personas. Las décadas de los 80 y 90 del siglo XX han sido la edad dorada de la Volta a Peu.
Solo una carrera en Valencia posee el mismo atractivo que la Volta, y esta es la San Silvestre. Dos pruebas divertidas, familiares, lúdicas, fantásticas y que han abierto el surco por donde hoy trascurren otras muchas carreras.
Una carrera iniciática
Los ocho kilómetros de esta carrera son una invitación a prepararse, a compartir algo que muy pocas carreras en el mundo pueden ofrecer: vas a salir de la Alameda de Valencia y la meta estará en esta Albereda. Hace muchos años, más de un siglo, allí en este punto, ya se celebraron carreras, y en 1929 la Volta a Peu a Valencia, según el diario francés l’Équipe, estaba entre las mejores de Europa, ese año los tres primeros fueron atletas francesas.
Por todo ello, por todo lo que supone correr la madre de todas las carreras, por ser una carrera que abre el camino a la práctica del más noble de los deportes, tenemos que seguir escribiendo, y tú lector, nuevos capítulos. Valencia bien vale una Volta a Peu.
Artículo escrito por Recaredo Agulló, filólogo e historiador, así como miembro de la S.D. Correcaminos.